La verdad nos hace libres, pero estamos saturados información inútil, cuando no falseada, y opinones sin fundamento que nos alejan cada más de la verdad. Lo explica magistralmente este post
Por Javier Rivas en El País.
En 1964, cuando el sustantivo “redes” aludía solo al sector pesquero o al futbolístico, Umberto Eco fijó una taxonomía sobre la actitud ante la cultura de masas y los medios de comunicación que ha devenido en clásico. Con la falta de matiz de todo resumen, apocalípticos serían aquellos pesimistas que ven en toda manifestación de la cultura de masas una vulgar anticultura; integrados, los optimistas que elogian la multiplicación de los bienes culturales y el acceso social generalizado a los mismos.
Cincuenta y dos años después, cuando comparar la cultura de masas del final del siglo XX con la actual megauniversalización de la información —que no la sabiduría— en Internet resultaría tan absurdo como confrontar un ábaco con un superordenador, no se trata ahora de ser caducamente apocalíptico y atrincherarse como un ludita frente a la Revolución Industrial —y sí, datos de este texto…
Ver la entrada original 359 palabras más